1. Estas pinturas hacen un trato con dos materiales:
Ese que Ud. diría que es papel y otro que Ud. diría que no parece
papel.
Ambos deambulan reglamentariamente por estas pinturas.
Sus bordes son duros a lo largo y ancho de la superficie.
Este es el primer juego pictórico y la alegría vagabunda de estas
pinturas.
2. El segundo juego es el mismo: la elección justa y precisa de sus
materiales. El conocimiento prolongado de ellos, su depuración,
su economía, la adecuación de los materiales a todas las paradojas
de su despliegue.
3. El tercer juego resulta de los anteriores: la liviandad de estos
trabajos. No parecen haber sido trabajados ni tener hechura.
Hacen bailar al ojo o el ojo resbala.
Volveremos a ese punto para verlo desde el próximo juego.
4. Triángulos juegan devorándose entre sí. Desaparecen dando
lugar a diagonales, horizontales, verticales, nudos simétricos,
jeroglíficos geométricos esquivos, calles ciegas, desiertos,
crucigramas, ornamentos. Salta el ojo y tropieza. Pierde el rumbo
y cae. Al levantarse cree seguir en camino y va caminando al
revés, extraviado. Se enreda. Sale de la red desenredándose y
advierte con sorpresa que nada de eso ha ocurrido.
¿Nada de eso ha ocurrido?
5. El juego quinto se advierte tarde.
Se advierte tarde que todos los caminos.
Se advierte tarde que todos los caminos son reversibles:
descubre el ojo que la superficie está astutamente hecha de
triangulaciones mutantes, colonias triangulantes.
Fondos son figuras y figuras son fondos.
Figuras se fondean. Fondos se figuran.
Todos encajan.
6. Y ahora el doble juego con el Diccionario de la Real Academia.
Este define Encaje como la ”Acción de encajar una cosa en otra”
y como
“cierto tejido de mallas, lazados o calados, con flores, figuras u
otras labores, que se hace con bolillos, aguja de gancho etc., o
bien a máquina.”
7. En el octavo juego el mismo diccionario dice que Cuadrícula es
“El conjunto de los cuadrados que resultan de cortarse
perpendicularmente dos series de rectas paralelas.”
8. Y cuadrícula es el campo de juego de estas pinturas.
Jugar allí consiste en ocultarla dándola a ver.
La multiplicidad interminable de triángulos, en todas sus
apariciones y hundimientos, está rigurosamente anclada a la
cuadrícula. Libre, astuta y engañosamente en ella.
Ese es el noveno juego.
9. ¿O se trata de un manto de pintura tejido en la cuadrícula de
un telar?
¿O de un calidoscopio roto y recompuestas sus piezas para ser
nueve veces distintos y el mismo?
10. Las pinturas de Amalia Valdés caminan delicadamente
al borde del abismo: una cuadrícula auto-impuesta.
Amalia oculta a nuestros ojos sus desvelos. En eso consiste la
madurez y la gracia ingrávida de estas pinturas: sus secretos y
juegos movedizos, hechos al parecer; sin hacerse.
11. Y lo que estas pinturas dicen, en y por sus materiales y reglas,
es que fueron hechas para ver:
El
Ojo
que
Sueña.
Eugenio Dittborn
Junio 2013